Te has preguntado porque tus ventas no son como antes?
Seguramente la primera respuesta que te viene a la mente es la inestabilidad de la economía y la política, la inseguridad y todos los problemas que enfrentan hoy muchos países, y que son los mismos con los que se ha luchado históricamente, pero la realidad es otra, los problemas locales han dejado de ser problema porque ahora gracias a los avances tecnológicos, de comunicación y la apertura de los mercados, se tienen herramientas como video conferencias, archivos y programas en la nube, páginas web, ecommerce, emails, en general marketing digital, entonces las fronteras dejaron de amurallar el crecimiento sostenido e ilimitado y se hace presente la posibilidad de alcanzar regiones lejanas sedientas de lo que cada compañía y cada individuo puede ofrecer, dando la oportunidad de un progreso grandioso.
¿Cual es es desafío?
El desafío de la Era Digital, es luchar en un mercado más competido, y en donde el comportamiento de los compradores se ha transformado de ser un tanto pasivo a una actividad e influencia sin precedentes. En donde existe una marcada diferencia de generaciones entre los nacidos antes y después de la época de los 80’s, en la que los jóvenes, la generación de los Millennials, rigen el mercado porque lo conocen, lo dominan, son los nativos digitales que buscan obtener recompensas inmediatas y de ellos se deriva la existencia y el éxito de las redes sociales, las compras en línea y el tan exitoso streaming.
Acceder a la posibilidad de conversar rápidamente con uno o muchos conocidos y desconocidos, desde y hasta cualquier zona, área, país, continente; de contar su historia y que todos la puedan ver al igual que conocer las otras; comprar algo en el momento que surge el deseo, la necesidad y que llegue a sus manos sin necesidad de moverse; ver un programa, adelantarle, cambiar de temporada, poner pausa, empezar otro.
Un entorno ciertamente diferente, en donde también las generaciones pasadas tienen la premura de encajar.
¿Qué implica esa brecha de generaciones?
Las empresas de los nuevos emprendedores están haciendo uso de todas las facilidades que la Era Digital les pone en las manos, dejando no poco a poco, sino rápidamente rezagadas a las más antiguas que no acaban de entender la nueva economía. Son los Millennials vendiendo a los Millennials los que llevan la delantera, pero no son los únicos actores del mercado y no solo eso, no es aun la generación con los mayores recursos porque apenas están empezando, aunque muchos han alcanzado ventas millonarias en un par de años, gracias al uso de las herramientas digitales, no son la mayoría aun, las generaciones pasadas siguen en la carrera y tienen mucho que aportar, mucho que enseñar aun, a los jóvenes conquistadores, aunque ellos no lo acepten del todo.
¿Cuál es el panorama?
Unos Baby Boomers con gran experiencia en relaciones, toma de decisiones, manejo de conflictos, fracaso y éxito, una generación de tradiciones que se suma a una GenX preparada, analítica, algo cautelosa pero ambiciosa y un tanto materialista, una generación a la que las reglas sociales y la apariencia sigue gobernando muchas de sus decisiones. Ambas tratando de adaptarse a estos Millennials, que quieren ser libres, felices, sin reglas, sin limitaciones, acostumbrados a lo inmediato, y a defender muchas veces, hasta lo indefendible, más aventurados, menos tolerantes.
Tres generaciones económicamente activas con profundas diferencias de estilo y de perspectiva, que requieren apertura más que nunca, para aprender lo valioso unas de otras. Las dos primeras con raíces definidas, tratando de adaptarse a un nuevo mundo, pero aún con dificultades para entenderlo, y más aún cuando resultan prácticamente invisibles para la tercera, quien debería aprender de sus antecesores y adquirir las habilidades y competencias que los han llevado al triunfo en muchos aspectos, si es que quieren conquistar, esa felicidad y libertad que tanto aprecian.
¿En dónde está la respuesta?
Venderles a unos y otros no es tarea fácil, la mezcla parece más bien, complicada, el desafío consiste en tener la capacidad de crear escenarios en donde los tres puedan encontrarse, colaborar y descubrir la conexión que les da seguridad. La premura de la transformación digital ha dejado de lado la visualización de la persona como tal y es en ella, en cada uno, en la individualidad dentro de las masas en donde se encuentra la clave.
Independientemente de la practicidad, de la automatización, de la rapidez, tocar y acariciar las emociones sigue siendo la respuesta.
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